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“LA EPILEPSIA EN LOS NIÑOS” ¿QUÉ HACER?

¿Qué es una crisis convulsiva?





Las convulsiones son cambios temporales súbitos en el movimiento, sensación o comportamiento físico causadas por impulsos eléctricos anormales en el cerebro.

Existen varios tipos de convulsiones o crisis convulsivas. algunos duran solamente unos segundos, mientras que otros pueden durar incluso varios minutos. El tipo específico de la convulsión que sufre una persona depende de la parte del cerebro donde empieza, como se extiende y cuánto, o qué parte del tejido del cerebro toma parte. Las convulsiones pueden ocasionar:

  • Pérdida del conocimiento

  • Convulsiones (sacudidas de todo el cuerpo)

  • Confusión

  • Breves periodos de mirar fijamente

  • Una sensación repentina de miedo o pánico

  • Flexión, rigidez, sacudida o contracción de la parte superior del cuerpo

  • Asentimiento involuntario con la cabeza

¿Qué es la epilepsia?


El término epilepsia se usa para describir convulsiones o ataques que ocurren repetitivamente durante un tiempo sin ninguna enfermedad crítica presente (como la fiebre) o sin una lesión grave del cerebro. Algunas veces se conoce la causa de los ataques recurrentes (epilepsia sintomática), y otras veces no se conoce la causa (epilepsia idopática).

  • Un médico es por la general la persona que diagnostica a un niño con epilepsia si se presentan las siguientes condiciones:

  • El niño sufre una o varias convulsiones sin provocación

  • El médico determina que es probable que el niño sufra otro ataque o convulsión

  • La causa de la convulsión del niño no es el resultado directo de otra enfermedad como la diabetes, una infección grave o una lesión crítica del cerebro.

  • Los tipos más comunes de convulsiones El médico clasifica las convulsiones en dos categorías principales basados en cuánto tejido del cerebro toma parte. Estas incluyen:

    1. Convulsiones generalizadas en las que participa todo el cerebro

    2. Convulsiones enfocadas/localizadas en las que solo interviene una parte del cerebro.

Convulsiones generalizadas comunes:

Crisis convulsivos (conocidas también como convulsiones tónico-clónico generalizadas) en las que toma parte todo el cuerpo. Estas convulsiones se les llamaba anteriormente convulsiones de “gran mal”. Este es el tipo más dramático de ataque que ocasiona sacudidas y contorciones rápidas, rítmicas y a veces violentas que con frecuencia conllevan a la pérdida del conocimiento. Estas convulsiones empiezan en una parte del cerebro, lo que causa que una parte del cuerpo se mueva y luego progresa al tejido completo del cerebro con movimiento en los dos lados del cuerpo. Estas convulsiones con frecuencia duran de 2 a 3 minutes y la mayoría de las veces se terminan por sí solas. Las crisis convulsivos ocurren en 5 de cada 100 personas alguna vez durante la infancia. Es importante mencionar que no todas las personas que sufren un solo ataque convulsivo sufrirán de epilepsia. El médico clasifica las convulsiones en dos categorías principales basados en cuánto tejido del cerebro toma parte. Estas incluyen: El término epilepsia se usa para describir convulsiones o ataques que ocurren repetitivamente durante un tiempo sin ninguna

Crisis de ausencia o epilepsia menor (conocidas anteriormente como convulsiones del “pequeño mal”) son episodios muy cortos con un breve momento de una mirada fija (algunos segundos) y la pérdida de atención. Pueden venir acompañadas de otros síntomas leves como un aleteo de los párpados, parpadeo de los ojos, chasquido de labios. Estos ocurren principalmente en los niños pequeños y son tan sutiles que a veces no se les nota hasta que les empiezan a afectar en sus labores escolares. Convulsiones focales o localizadas:

Convulsiones focales (conocidos anteriormente como convulsiones parciales complejas) implican una actividad eléctrica anormal de una parte del cerebro. Durante estas convulsiones la personas puede sentirse confundidas y afectar su nivel de conciencia. Con frecuencia ejecutan actividades repetitivas sin sentido y al azar tales como retorcer las manos o caminar despacio en circulo. Esta persona no está consciente de lo que pasa a su alrededor y puede que no puede hablar normalmente. Este tipo de convulsión dura con frecuencia de 1 a 2 minutos. Las convulsiones focales involucran sacudidas de una o varias pares del cuerpo, cambios en los sentidos como los olores o sensación de cosquilleo que no son obvios para los que los observan. Durante esta convulsión la persona esta plenamente consciente de lo que pasa. Estas convulsiones que no afectan el nivel de conciencia se conocen como convulsiones parciales simples. Las convulsiones focas pueden empezar en un parte determinada del cerebro y expandirse a los dos lados del cerebro. En algunos casos una convulsión focal puede conllevar a un ataque convulsivo.

Otras trastornos que se parecen a las convulsiones.

Algunos niños experimentan episodios súbitos que pueden ocultar o imitar las convulsiones, pero no lo son realmente. Ejemplos de esto incluyen:

  • Contener la respiración

  • Desvanecimiento (síncope)

  • Espasmo facial y corporal (mioclunus)

  • Trastornos poco comunes del sueño (terror nocturno, sonambulismo y cataplexia)

Estos pueden ocurrir solo una vez o volver a ocurrir en un período limitado. De nuevo, aunque estos episodios puedan parecer epilepsia o verdaderas convulsiones, no lo son y requieren un tratamiento totalmente diferente.

Si su niño tiene una convulsión:

La mayoría de convulsiones se detienen por sí mismas y no requieren tratamiento médico inmediato. Si su niño está teniendo una convulsión, protéjalo de lesiones colocándolo de lado con las caderas más arriba que la cabeza, para que no se ahogue si vomita y no le ponga nada en la boca.

  • Si la convulsión no se detiene en dos a tres minutos o si es inusualmente severa (dificultad al respirar, asfixia, coloración azul en la piel, varias convulsiones seguidas), llame a emergencias para pedir asistencia médica. Sin embargo, no deje solo al niño. Después de que la convulsión se detenga, llame al pediatra inmediatamente y coordine reunirse en la clínica del médico o en el departamento de emergencias más cercano. Además, llame a su médico si su niño toma medicamentos anticonvulsivos, puesto que puede significar que debe ajustar la dosis.

  • Si su niño sufre de diabetes, es lesionado o sufre una convulsión dentro del agua, es siempre un caso de emergencia y debe llamar a emergencias de inmediato.

  • Si su niño tiene fiebre, el pediatra revisará para ver si hay alguna infección. Si no hay fiebre y fue la primera convulsión de su hijo, el médico tratará de determinar otras posibles causas preguntando si hay un historial familiar de convulsiones o si su hijo ha tenido alguna lesión reciente en la cabeza. Examinará a su niño y también puede ordenar pruebas de sangre, imágenes del cerebro usandotomografía computarizada (escáner TAC), imágenes por resonancia magnética – RMN (MRI, por sus siglas en inglés) o pruebas con un electroencefalograma (EEG, por sus siglas en inglés), que mide la actividad eléctrica del cerebro. Algunas veces se realizará una punción lumbar para obtener una muestra de líquido lumbar que se puede examinar para buscar causas de convulsiones como meningitis, una infección del recubrimiento del cerebro. Si no se encuentra una explicación o causa para las convulsiones, el médico puede consultar a un neurólogo pediatra, un pediatra que se especializa en trastornos del sistema nervioso.

  • Si su niño ha tenido una convulsión febril, algunos padres pueden tratar de controlar la fiebre utilizando acetaminofén y esponjas. Sin embargo, estos métodos no previenen convulsiones febriles futuras, pero hacen que el niño esté más cómodo. Si tiene una infección bacteriana, su médico probablemente recete un antibiótico. Si una infección seria como la meningitis es responsable de la convulsión, su niño tendrá que ser hospitalizado para recibir tratamiento mayor. Además, cuando las convulsiones son causadas por cantidades anormales de azúcar, sodio o calcio en la sangre, pueden requerir hospitalización para determinar la causa y corregir las descompensaciones.

  • Si se diagnostica epilepsia, su niño generalmente recibirá medicamento anticonvulsivo. Cuando se mantiene la dosis adecuada, las convulsiones casi siempre se pueden controlar completamente. Es posible que su niño necesite un análisis de sangre periódicamente después de iniciar algunos medicamentos para asegurarse que hay una cantidad adecuada. Además, puede necesitar EEG periódicos. El medicamento generalmente continúa hasta que ya no haya convulsiones por un año o dos.

Recuerde… Con todo y lo alarmantes como pueden ser las convulsiones, es un consuelo saber que la probabilidad de que su niño tenga otra convulsión se reduce grandemente cuando crece. (Solo 1 de cada 100 adultos tiene una convulsión alguna vez.) Infortunadamente, todavía hay mucho desconocimiento y confusión respecto a las convulsiones, así que es importante que los amigos y maestros de su hijo sepan sobre su condición.




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